Presencial o remoto, esa es la cuestión

Miradas
04 Octubre

Toda experiencia nos da la oportunidad de aprender y el trabajo remoto que muchos debimos poner a prueba durante las cuarentenas no parece ser una excepción. Entre seis y siete de cada 10 personas prefieren trabajar entre uno y cuatro días a la semana desde su casa y casi un 30% consideraría buscar otro empleo si en el actual no le ofrecieran la posibilidad de trabajar de forma remota al menos algunos días. Esa es la magnitud del cambio que se vive en las empresas, según una encuesta realizada por McKinsey & Company a más de 5 mil trabajadores en todo el mundo.

El estudio identificó ventajas relevantes asociadas al trabajo a distancia, como la  disminución en tiempo perdido por traslados y la mayor flexibilidad. Por otro lado, los mayores temores que expresan tanto colaboradores como gerentes dicen relación con la pérdida del sentido de comunidad, la disminución de instancias de trabajo colaborativo y el efecto que esto pueda tener en la capacidad de innovar. La misma encuesta muestra que un 64% de las personas dice preferir trabajar entre 1 y 4 días a la semana desde su casa. Un 19% se inclinaría por trabajar de forma enteramente remota y solo un 17% optaría por un trabajo completamente presencial.  En consecuencia, la mayoría prefiere un modelo híbrido que les permita mayor flexibilidad y la captura de las ventajas de ambos mundos.

Es interesante ver cómo cambian los acentos si miramos diferentes segmentos etarios. Los colaboradores más jóvenes, aquellos que están recién incorporándose al mundo laboral, dicen preferir el trabajo presencial por el impacto que éste tiene en la articulación de sus nacientes redes. Si miramos a quienes tienen hijos pequeños (entre 0 y 5 años), solo el 8% declara preferir volver a la modalidad totalmente presencial.  En el segmento con hijos entre 5 y 18 años, esta cifra sube al 15%, pero todavía prefiere un modelo que ofrezca algún grado de trabajo a distancia. Cuando nos enfocamos en aquellos con hijos mayores de 18 años, la preferencia por una modalidad presencial sube a 22%.

¿Qué particularidad pueden tener, en un contexto corporativo, los trabajadores con hijos menores de edad? En un paper publicado en 2008 por el economista Benjamin F. Jones, se usa una muestra de 544 ganadores de premios Nóbel de física, química, medicina y economía, sumados a 286 inventores del último siglo, para concluir que, en promedio, el punto cúlmine en lo que refiere a la capacidad creativa de los individuos se da a los 39 años. Otras publicaciones similares coinciden en plantear que  una persona tendrá su mayor potencial inventivo entre los 30 y los 40 años. Se trata del mismo rango etario en que los trabajadores declaran valorar en mayor medida la flexibilidad del trabajo remoto.

En base a la evidencia, se pueden plantear los siguientes desafíos:

  1. Si bien los colaboradores valoran trabajar desde su casa por ventajas que son propias del trabajo remoto (por ejemplo, el ahorro en tiempos de traslado), también le asignan un muy alto valor a la flexibilidad que les daría un modelo híbrido con cierto grado de libertad para decidir desde dónde trabajar. Además, el universo de trabajadores en una misma empresa no es uniforme y un régimen flexible permite satisfacer las preferencias de un mayor número de personas.
  2. Una modalidad más rígida y que demanda un muy alto grado de presencialidad, desincentivará a un número importante de colaboradores, especialmente a aquellos que pasan por su periodo de mayor potencial creativo. En tiempos en que la capacidad de innovar es crítica en el desarrollo de cualquier estrategia corporativa, es necesario atraer capital humano enérgico, entusiasta y prolífico.
  3. Siendo la erosión del sentido de comunidad y el freno del impulso creativo el principal riesgo del trabajo a distancia, se hace necesaria la promoción de instancias de colaboración y sociabilización tanto virtuales como presenciales, teniendo en cuenta que la evidencia nos invita a implementar un modelo híbrido. Para las primeras, existen múltiples plataformas digitales que facilitan el trabajo colaborativo y la comunicación remota al interior de los equipos. Para las segundas, la oficina cobra un nuevo sentido. Si el trabajo individual en nuestro escritorio y frente al computador puede ahora hacerse desde cualquier lugar, el valor agregado que nos ofrece la oficina es la posibilidad de interactuar cara a cara. Desde esta perspectiva, la oficina será el nuevo off-site, el lugar donde debatiremos ideas, resolveremos problemas y estrecharemos los vínculos al interior de los equipos.

La pandemia y los experimentos que nos ha forzado a hacer en este tiempo, son una valiosa oportunidad para preguntarnos qué ayuda a los colaboradores a sacar lo mejor de sí y cómo pueden las empresas ser un catalizador de dicho proceso. No caigamos en la tentación de volver a fórmulas pasadas sin detenernos a pensar qué hemos aprendido y cómo podemos emprender un camino más efectivo hacia el cumplimiento de los objetivos.

Diego Bacigalupo
Gerente de Desarrollo de Quiñenco S.A.

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