Tayu: la historia detrás del primer vino chileno producido en asociación con una comunidad indígena

Historias
15 Octubre

Hace seis años VSPT Wine Group se embarcó en un proyecto de resultado incierto: desarrollar un vino en asociación con una comunidad indígena de la región de La Araucanía.

La idea tenía múltiples factores que ponderar antes de poder siquiera presentárselo al Directorio. Desde asuntos técnicos, como encontrar un lugar donde las características de la tierra o las condiciones climatológicas permitieran el desarrollo de viñedos, hasta situaciones más sociales o políticas, como sería el identificar una comunidad -o varias- que estuvieran abiertas a incursionar un proyecto conjunto.

“En un principio, todos estábamos un poco asustados con el proyecto. No sólo dentro de la empresa, sino que también desde las comunidades con las que empezamos a conversar. Había que construir las confianzas primero y eso era todo un desafío”, recuerda Pedro Herane, gerente general de VSPT Wine Group.

Ya convencidos de asumir el desafío, llegó el momento de darle forma al proyecto. Juan Cury, gerente de Agrícola y Abastecimiento, fue quien planteó la idea originalmente y quien lideraría su ejecución. Tras identificar un lugar en el prácticamente inexplorado Valle de Malleco que cumplía con las características necesarias para la producción de Pinot Noir, Cury y Herane iniciarían una peregrinación en la búsqueda de aliados que los ayudaran a diseñar un modelo de negocio sostenible.

“Desde un principio nos dijimos que esto no era asistencialismo. Queríamos ir de la mano con la comunidad, pero también entregarles las herramientas necesarias para que pudieran producir y administrar sus plantaciones más allá de los convenios con nosotros”, afirma Herane.

De esta forma, el gerente general de VSPT recuerda que fueron a visitar a las comunidades, a autoridades de INDAP y de la Comisión Nacional de Riego (CNR). “Este es un proyecto de largo plazo, que requería de una mirada amplia y de entender muy bien el entorno. Ahí ha sido muy importante haber desarrollado esta iniciativa desde un enfoque público-privado, donde cada uno cumple un rol importante. Eso nos ayuda a construir confianzas”, asegura el ejecutivo.

Tras varios meses de reuniones y conversaciones, el proyecto empezó a tomar forma: VSPT Wine Group financiaría el desarrollo del viñedo y pagaría un anticipo mensual a cada familia que participara del proyecto, con el fin de que éstas se pudieran dedicar al cultivo y cuidado de la uva; INDAP, por su parte, entregaría las plantas de forma gratuita; y la CNR financiaría parte de los sistemas de riesgo. Por último, la comunidad de Buchahueico dispondría de las tierras y participarían activamente del proceso productivo de la uva.

“En esta etapa tomamos la primera decisión que sería clave para el éxito de este proyecto. Nosotros entregamos financiamiento, pero con el compromiso de que las comunidades nos pagaran esos con la uva que se produjera a un precio de mercado y en un determinado periodo de tiempo. Mientras tanto, nosotros les pagamos un anticipo mensual de 19 UF y tras cubrir los costos de la inversión inicial, las comunidades quedan con la libertad de comercializar su uva cómo estimen conveniente”, explica Pedro Herane.

Esta decisión habría sido uno de los factores claves en el éxito del modelo, ya que según el ejecutivo permitió poner los incentivos correctos para que todas las partes se involucraran en el desarrollo del proyecto. “Después de ocho años, que es lo que toma al productor pagar la inversión inicial, VSPT sale y deja a una comunidad con capacidad productiva instalada y con el conocimiento técnico y del mercado para poder aprovechar esa capacidad”, concluye Herane.

Con el tiempo el proyecto se ha ido consolidando. En el primer año se plantaron cinco hectáreas. Luego se extendieron a 10. Hoy proyectan superar las 22 hectáreas plantadas con la comunidad de Buchahueico durante 2021.

El objetivo de VSPT es poder llegar al máximo de familias para que el impacto positivo sea mayor. Según Herane, su experiencia demuestra que este modelo de negocios funciona y puede ser replicable por otras empresas, no sólo de la industria vitivinícola, sino que del sector agrícola en general.

“Siempre dijimos que este era un proyecto abierto a todos y que queríamos compartir nuestra experiencia y know how para que más empresas se sumen. Se nos han acercado diferentes compañías a preguntar y esperamos que con el tiempo sean más las interesadas”, afirmó Pedro Herane.

En 2018 fue la primera vendimia de los viñedos de Buchahueico y en 2019 se empezó a comercializar el vino bajo la marca Tayu 1865, con una producción inicial de 540 cajas de 9 litros, las que se han exportado, principalmente, a los mercados nórdicos con una muy positiva recepción de parte la crítica especializada, donde ya en su segunda cosecha, registró una valoración de 98 puntos en la Guía Descorchados.

“El vino es uno de los pocos productos que sale con marca Chile al mundo y este ha sido un buen ejemplo de un modelo de negocio que reconoce el valor de la sostenibilidad”, concluye Pedro Herane.

Destacadas

Historias

08 Octubre


CCU lanza al mercado sus primeras botellas con plástico reciclado

Historias

07 Octubre


Enex recibe primer lugar en Premio Lealtad del Consumidor 2024 por estaciones de servicios Shell