El periódico Frances Les Echos, publicó un interesante artículo respecto a la inauguración por parte de Nexans -empresa en la que Quiñenco tiene el 28,98% de la propiedad a través de Invexans– de la primera fábrica de cables submarinos de alta tensión de Estados Unidos. A continuación la traducción de este artículo:
Construida hace una década para fabricar líneas eléctricas, la planta del grupo francés en Charleston acaba de ser transformada para dar servicio al creciente mercado de la energía eólica marina.
Se dice que es la torre más alta de Carolina del Sur. En Goose Creek, el edificio redondo de 130 metros de altura domina el río Cooper y se erige como un faro para la fábrica de cables Nexans. En su interior se lleva a cabo el proceso de “vulcanización continua”, que permite producir dos cables simultáneamente al transformar los polímeros en material aislante alrededor de los metales conductores. A principios de noviembre, la planta estadounidense de Nexans está tramitando su primer pedido para el mercado eólico marino.
Justo cuando Nexans está haciendo un cambio estratégico para convertirse en un actor puro en la electrificación, su planta estadounidense de Charleston está siendo sometida a una importante revisión. Construida hace una década para fabricar líneas eléctricas, acaba de transformarse para atender prioritariamente el mercado eólico marino.
“La fábrica se puso en marcha en 2013 en alta tensión en tierra, pero la demanda era bastante baja y funcionaba mal. Teníamos que amortizar esa inversión o apostar por las explotaciones en alta mar y así tener la primera fábrica de cables submarinos de Estados Unidos. Eso es lo que hemos decidido hacer con una reinversión importante, porque se trata de cables más tecnológicos”, explica Christopher Guérin, director general de la empresa desde hace tres años.
El mercado es prometedor: Joe Biden ha fijado un objetivo de 30.000 megavatios (30 GW) de turbinas eólicas marinas para 2030, es decir, varias docenas de parques. “Habrá un desarrollo más rápido en los Estados Unidos porque el país se beneficia del periodo de aprendizaje de Europa”, afirma Christopher Guérin. Un gigavatio de energía eólica marina, que es el tamaño medio de un parque eólico, representa entre 250 y 300 millones de dólares en ventas para la producción e instalación de cables, señala Nexans. La tendencia es al alza, ya que los parques eólicos se instalan cada vez más lejos de la costa.
Para justificar la inversión adicional en su planta cerca de Charleston, Nexans ha negociado con el promotor danés Orsted para que se encargue en exclusiva de los pedidos que reciba en Estados Unidos hasta 2027. Esto llenará la planta al menos al 60% de su capacidad, según Nexans. La empresa, que tiene otras dos plantas para este mercado en Noruega -la mayor- y en Japón, también está en conversaciones con Equinor, que acaba de concederle el estatus de “proveedor preferente” para dos proyectos en Estados Unidos.
A principios de febrero, el flamante buque “Aurora” de Nexans vendrá a cargar los cables submarinos para su entrega al parque de Seagreen en Escocia, desarrollado por SSE y Total. El buque, que ha costado 180 millones de dólares, ha sido diseñado para transportar hasta 10.000 toneladas de peso de cable.
El principal reto de Nexans no es el coste de la mano de obra o de la energía, sino el suministro de materias primas. “Tenemos que gestionar la empresa mediante la gestión de riesgos y éste es el siguiente riesgo sistémico identificado”, explica Christopher Guérin. La necesidad de cobre, que era de unos 20 millones de toneladas en 2020, aumentará a 35 millones de toneladas en 2030, según sus 2 estimaciones. El aluminio, que también se utiliza como conductor, y los polímeros altamente especializados sufren tensiones de suministro similares.
Aparte del mercado chino, el mercado de los cables eólicos marinos sigue concentrado con la italiana Prysmian, número uno por delante de Nexans, seguida de la coreana LS y la danesa NKT. Centrada en el mercado terrestre estadounidense, Prysmian acaba de obtener un importante pedido para el futuro parque eólico marino Virginia CVOW, pero importará sus cables submarinos.
Artículo original: 14 de noviembre 2021. Diario económico, Les Echos.