Entrelazada con la historia de Chile, CSAV fue fundada en octubre de 1872, en el puerto de Valparaíso. Nació de la fusión de dos navieras nacionales: la Compañía Nacional de Vapores y la Compañía Chilena de Vapores, creadas ambas tras el auge provocado por la fabulosa mina de plata de Caracoles, en Antofagasta.

Inicialmente, la Compañía Sud Americana de Vapores sólo navegaba frente a las costas chilenas, transportando minerales, comerciando y uniendo a las regiones distantes del país, que no tenían otro medio de contacto. Pero muy pronto la empresa se extendió a lo largo de la costa oeste de Sudamérica hasta el canal de Panamá, jugando un papel crucial en el desarrollo del comercio exterior de América Latina.

Para la Guerra del Pacífico (1879-1883) las naves de CSAV participaron en el conflicto, transportando tropas e insumos, ya que la totalidad de las embarcaciones quedaron bajo el control de la Armada de Chile. Posteriormente, para la Guerra Civil de 1891, CSAV volvería a verse envuelta en un enfrentamiento, pero esta vez con naves en ambos bandos, ya que los dos sectores en pugna se apoderaron de algunos barcos de Compañía.

En 1893 la empresa comenzó a cotizar en la Bolsa de Comercio de Santiago y es una de las cinco primeras sociedades anónimas de Chile que subsiste en la actualidad.

Al abrirse el Canal de Panamá, en 1914, el negocio de CSAV se extendió al resto del mundo y la empresa creció sostenidamente. Durante la Primera Guerra Mundial experimentó un gran auge debido a la escasez de barcos para el comercio. En los años ‘40 estrenó las primeras cámaras frigoríficas en sus barcos, lo que hizo posible el inicio de la exportación de fruta fresca.

Con el transcurso de los años, CSAV llegó a estar entre las 20 mayores navieras del mundo y fue la más grande de América Latina. Sin embargo, tras la crisis subprime de 2007 la empresa, al igual que gran parte de la industria naviera, atravesó una crisis financiera profunda. Fue en ese escenario cuando -en 2011- el Grupo Luksic tomó la decisión de entrar en el sector del transporte marítimo y compró un paquete accionario de CSAV, a través de Quiñenco SA. Un año después, Quiñenco tomó el control de la compañía. De ahí en adelante, la naviera recorrió un camino de reestructuraciones e inyecciones de capital que culminaría con la fusión con Hapag-Lloyd, en 2014. Actualmente, la naviera alemana es el equivalente a siete veces el tamaño de CSAV en 2011, cuando el Grupo Luksic ingresó a la propiedad.

Hoy, con 148 años de vida y como la naviera más antigua de América Latina, CSAV ha vuelto a ser rentable después de un largo periodo. De la mano de Hapag-Lloyd, quinta naviera a nivel mundial, se ha posicionado como una de las empresas más eficientes del rubro.

Galería de fotos históricas CSAV: