En 1874, a los pies de la cordillera de Los Andes, don Francisco de Rojas y Salamanca, renombrado enólogo y empresario, fundó una viña a la que llamó “Viña de Rojas”.
El viñedo se consolidó rápidamente en el valle del Maipo, zona que hasta hoy es la más tradicional y selecta para producir vinos tintos. Un año después, la viña recibió su primer premio nacional, y al siguiente, logró la primera medalla internacional, en Estados Unidos.
Dieciocho años después de su fundación, la viña fue comprada por Antonio Zavala, quien la rebautizó como “Viña Zavala”. Sin embargo, una curiosa historia daría origen al nombre definitivo de Viña Tarapacá. Don Antonio Zavala se separó de su mujer, doña Mercedes Ulloa, quien se quedó con la viña como parte del acuerdo matrimonial. Y fue ella quien la bautizó “Viña Tarapacá ex Zavala”. ¿Por qué Tarapacá? Simplemente, porque el abogado que la asesoró en el proceso de separación fue Arturo Alessandri, llamado “El León de Tarapacá”. El gesto de doña Mercedes fue de agradecimiento y admiración a una de las figuras políticas chilenas más importantes del siglo XX y Presidente del país en dos ocasiones.
Viña Tarapacá se asomó al nuevo siglo estrenando una nueva casa. En 1927 se levantó la casona estilo toscano que hasta el día de hoy es símbolo del viñedo y su emblema en etiquetas y sellos. Hoy la casa destaca por su belleza y un parque de diez hectáreas con especies nativas.
En los años ‘90 la compañía comenzó a incursionar en la producción de vinos para mercados internacionales. En ese entonces, Viña Tarapacá tenía 80 hectáreas de viñedo.
En 2008 el Grupo Luksic puso sus ojos en la tradicional viña, a través de CCU, filial de Quiñenco SA. Después de más de un siglo de su fundación y de tener varios dueños, Viña Tarapacá se fusiona con la también centenaria Viña San Pedro en Viña San Pedro Tarapacá SA (VSPT Wine Group). Hoy VSPT – controlada por CCU – es uno de los actores vitivinícolas más relevantes del país.
Viña Tarapacá tiene en la actualidad más de 600 hectáreas de viñedos en el Valle del Maipo y su producción llega a más de 50 países en el mundo.